Con el final del verano, Plataforma Central Iberum recibió las tan esperadas y necesarias lluvias del año, confirmando el correcto funcionamiento de la recogida de pluviales instaurado en el polígono y completado con la finalización de la última balsa localizada en la zona verde de Fase 4. No obstante, pese al duro y seco verano, las zonas verdes que se encuentran en proceso de finalización han conseguido pasar estos meses de calor y sequia con éxito.

La última semana del mes de agosto trajo consigo unas fuertes lluvias que se desarrollaron a lo largo de un día, como viene siendo habitual en los últimos años en Illescas, lo cual nos ha hecho prever que el sistema que controlara las pluviales tenía que estar preparado para precipitaciones torrenciales. De este modo, con estas últimas lluvias que han permitido testear por primera vez el circuito ya completado con la incorporación de la última balsa localizada en la Fase 4.

El objetivo de la gestión del agua supone uno de sus principales retos, planteado desde una óptica global de, sistema que se ha querido incorporar al tratamiento de los espacios verdes, como oportunidad para la creación de hábitats, la mejora de la biodiversidad y beneficios de carácter social para las personas que disfruten del parque periurbano y su entorno inmediato. De esta manera, el tratamiento del agua tiene en PCI una atención especial, mediante una gestión integral que permite tratar este recurso natural de forma eficaz, rentable y sobre todo respetuosa con el entorno.

Durante la ejecución del parque periurbano se han ido construyendo estanques de tormenta en distintos puntos a lo largo de las zonas verdes del polígono, para el almacenamiento de las aguas procedentes de viales, áreas pavimentadas y edificadas, mediante la realización de regueros naturales en las zonas verdes y cunetas prefabricadas a lo largo de los viales.

Estos estanques de tormenta, diseñados y realizados con formas orgánicas de aspecto natural, siguiendo técnicas de restauración ambiental para la estabilización de taludes, permiten a su vez la creación de hábitats para la fauna, fomentando de esta manera la biodiversidad local y dotando al parque de áreas de interés ambiental, paisajístico y recreativo. Un ejemplo de ello es la última balsa ejecutada dentro de las obras de urbanización de Fase 4, la cual además incorporar un nuevo elemento, como es el embarcadero hecho a base de CT reciclados y escollera, permitiendo al usuario disfrutar del ecosistema humedal desde un nuevo punto de vista, desde dentro.

Un ecosistema, que a medida que avanzamos en las obras de urbanización de zonas verdes y debido a la ya existencia de varias balsas, permite su reproducción de una manera más sencilla y natural como hemos podido observar en esta última fase. Aunque las obras de movimiento de tierras siempre es necesaria realizarla, la colonización de fauna y flora propia se da en ocasiones por contaminación de unas a otras, gracias al trabajo realizado en fases anteriores.

Muestra de ello fue la cantidad de especies vegetales que nos encontramos implantadas en la balsa, previa a las labores de matorralización que solemos llevar a cabo en la etapa otoñal; lo que demuestra la generación de un ecosistema que funciona y que a su vez es capaz de promover la generación de otros en sus cercanías.